lunedì, marzo 06, 2006

Definitivamente creo que soy ciclotímica. Paso del blanco al negro saltando por encima de los demás colores sin rozarlos.
Mi pasado se divide en períodos de dos tipos.
El primero es el tipo relajado, en el que ejerzo un inmaculado papel de niña buena, esos días en los que quedamos en casa para ver películas, vamos al cine, estudiamos y vamos a tomar claritas y poco más. Son los días en los que disfruto del olor de mi champú de cereza o de un tebeo. Aparentemente este tipo domina al otro.
El segundo tipo es bastante más alocado y cuando me encuentro inmersa en él caigo en el vicio de una manera bastante lamentable, o al menos, la niña buena que hay en mí tiende a escandalizarse.
Podemos decir que aquella noche se estaba llevando a cabo el proceso de transición del primer al segundo tipo, aunque creo que no se completó de manera radical, lo cual es bastante trágico porque me quedé levitando en tierra de nadie.
En un principio me resistí a beber, pero lo acabé haciendo. Tras un período de comportamiento angelical estaba algo desentrenada, pero a la vez confiada por la resistencia demostrada anteriormente, así que no tardé demasiado en estar más borracha de lo que deseaba. No recuerdo muy bien porque no me desperté en mi cuarto, sino en la habitación de dos chicos que la compartían, en la cama de quien podría definir como mi pareja por aquel entonces. Lo que puede parecer extraño o entrañable es que él había insistido en que le acompañase simplemente porque quería que durmiésemos juntos, y en contra de todo pronóstico me desperté rodeada por sus brazos. Por cierto, esa noche dormir juntos fue exactamente lo único que pasó, el alcohol despertó nuestro romanticismo mientras dormía nuestra líbido. Y después no sé qué sucedió, pero no tardamos mucho en romper y a ninguno de los dos le importó demasiado.

1 Comments:

Anonymous Anonimo dice cuenta comenta...

Me gustó. Besitos :***

4:21 AM  

Posta un commento

<< Home