Ella murió aunque elLa aún la buscaba.
Ya otras veces había desaparecido pero siempre regresaba, sin explicaciones, sin preguntas, nada estropeaba el reencuentro. Y entonces las palabras fluían veloces y los pensamientos se aceleraban y nacía la motivación y, elLa creía que sería para siempre.
Pero pasada la emoción elLa dejaba de mostrar interés y Ella volvía a desaparecer hasta que se sentía indispensable. Cuando nada parecía tener sentido.
Esta vez había pasado demasiado tiempo y parecía que Ella, La Inspiración, no volvería y elLa se quedaría como hasta ahora, bajando de madrugada a comprar tabaco.
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