sabato, agosto 19, 2006

me gusta reservarme algunas cosas para mí, pero a veces las salvaguardo tan celosamente que olvido dónde las he escondido y las pierdo para siempre. por eso repito una y otra vez los mismos pensamientos, para comprobar que siguen ahí.
y mi cerebro ahora mismo pide a gritos dormir un poco.