Aquí están mis cuentos de seis palabras para el concurso de la Editorial Navona:

Subió tan alto que temía bajar

Quería cansarse para sentarse a descansar

Comía helados tumbada en la nieve

Escalaba plantas sin pisar los tallos

Tendió la ropa, empezó a llover

Cerró los ojos, por eso desapareció

Contestó porque la pregunta era ofensiva

Se contrajo formando una bola como una madeja, tal y como lo hubiera hecho un gato, y allí, tumbada al lado de la chimenea, desnuda, deseó con todas sus fuerzas teletransportarse. Pero esa noche tampoco tuvo éxito y acabó quedándose dormida.

Fuera está lloviendo. Por la ventana de la habitación resbalan las gotas transparentes y se vislumbra un cielo gris. Aquí dentro no hay nada, ni nadie excepto yo misma tecleando delante del ordenador. Es uno de esos días largos, aburridos e insípidos. Es un día vacío como tantos otros. Estoy desganada, y los minutos parecen prolongarse, no pasan las horas. Ansío que llegue la noche, para así poder meterme entre las sábanas y finjir que duermo. Me aburro, y no sé qué hacer para evitarlo.